Hola como digo lo prometido es deuda, este escrito que les traigo lo hice en una clase, me ha gustado mucho como quedo y lo comparto con ustedes.
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Hola. Hoy les compartiré un triste descubrimiento de algo que siempre estuvo ahí y seguirá estando aun cuando no queramos verlo, me di cuenta de una gran verdad que en mi simple vida como mortal no veía.
Y fue el valor extremo que le damos al tiempo. Bueno más que al tiempo. Sobrevaloramos su medición pero desperdiciamos su uso. Nos preocupamos por cosas tan insignificantes sobrevaloramos pequeñeces que al final de los tiempos no valen nada, mucha de nuestra energía está enfocada en envidias, rencores, venganzas, odios, competencias y mucha basura que llena nuestra alma. Y saben me di cuenta porque; cuando morí no importaba, si se reían de mí, no importaba la marca de mi ropa, al morir no importo si era brillante, si tenía las mejores notas o más dinero que otros. En mis últimos momentos solo pensaba en mis padres, en mis amigos y en las personas a las que ame y que ya no los volvería a ver, en el preciado tiempo que perdí llorando y amargándome la existencia por cosas vánales.
La vida es tan corta se nos esfuma en un suspiro, y desperdiciamos ese suspiro en tonterías que no deben importarnos, solo debemos ocuparnos de gozar nuestra estancia efímera y conoceremos la gloria en nuestra trascendencia.
En mi trascendencia poco a poco fui perdiendo la noción del tiempo, los días dejaron de pasar pero llegaban a mí los pensamientos de las cosas que hubiera hecho, en mi trascendencia me di cuenta de las cosas que pensaban que eran importantes han dejado de serlo, mi alma está llena de los hubiera. Hubiera ocupado mejor mi tiempo, hubiera hecho cosas por mi autodescubrimiento, hubiera pasado más tiempo con mi familia y amigos hubiera, solo en el hubiera. En mi trascendencia a ser el recuerdo de los que conocieron mi estancia efímera poco me importa lo que piensen de mi aquellos que mortificaban mi existencia ahora solo me importa aquellos que debieron importarme en vida, ahora solo me ocupa el recuerdo que guardan las personas que ame y me amaron.
Al principio cuando el tiempo, era aun tiempo me dolía la soledad, pero cuando el tiempo dejo de ser tiempo y el trascurso de las horas se volvió lento me di cuenta que perdí tiempo valioso en que debí haber vivido plenamente, tiempo en que solo lloraba por los rincones, cosa que no ha cambiado pero ahora son otras mis lamentaciones. Ahora mis lamentaciones se reducen a la nostalgia del tiempo que he perdido y ahora que el tiempo ha perdido el valor que antes le daba me doy cuenta que eran estúpidas muchas de las cosas por las que en vida lloraba.
Hay días en los que me pregunto ¿qué hubiera pasado de no haber estado en el lugar ni el momento equivocado?, ¿qué hubiera pasado si no me hubiera importado la opinión de los extraños? Pero ya poco o nada sirven los hubiera, y ahora dime ¿Cómo quieres llegar a la trascendencia, pensando en los hubiera o con la tranquilidad por haber dejado una huella imborrable en los que te amaron?
